Padre Antonio Polo
El padre Antonio Polo Frattin nació en el año 1939 en la ciudad de Venecia ubicada en Italia y fue criado por sus progenitores Geovanny Polo y Teresa Frattin, siendo los que le proyecten el amor y la visión cristiana, y hace 50 años decidió dedicarle su tiempo y espacio a Dios como sacerdote salesiano, en el transcurso de esa preparación, en el año 1970 llego a Ecuador para comenzar con su trabajo como pastor, tratando de mejorar el bienestar de esa población bajo principios de solidaridad y reciprocidad, pero a pesar de sus esfuerzos, se puede apreciar a un hombre que trabaja con el corazón para servirle a Dios, sin importarle las limitaciones que tenga debido a su estado de salud.
Después de un corto periodo de trabajo en Simiatug, Prov. Bolívar, en 1971 se estableció en Salinas, formó primero un grupo de voluntarios italianos de la ONG Operación Mato Grosso. Consiguió su titulo de Doctor en Pedagogía y Psicología con la tesis: «Escolarizar al indígena» sobre los efectos de la escolarización en la niñez indígena de la provincia Bolivar.
El mencionado proceso de Polo comienza con la elaboración del queso. «Trabajar la sal -de donde el pueblo tomó su nombre- no era suficiente, el primer pensamiento fue el queso». Los salineros conocen esta receta por su trabajo en las haciendas de los terratenientes que rodeaban el pueblo. Hoy, al caminar por las calles de Salinas de Guaranda, el visitante encontrará una variedad de negocios y servicios. El Padre Antonio lo resume en simples palabras: “Aquí todas las personas trabajan en sus propias empresas, mujeres y hombres aportan con su estilo de vida e iniciativas. Pero siempre estamos buscando visionarios. Las etapas de la economía solidaria no tienen fin».
Libro La Puerta Abierta
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Datos de Padre Antonio
Sentado a la mesa del comedor —que también utiliza de escritorio— Antonio Polo aspira profundamente el aroma del café filtrado que inunda el departamento y que uno de sus asistentes se encarga de servir. Echa dos cucharadas de azúcar en la taza antes de llevarse a los labios el primer sorbo. Solo en ese instante decide desempolvar sus recuerdos.